Hace 160 años !!!
El 1 de Marzo de 1862 se inauguró el Casino de Palencia, pulmón social de la capital castellana.
Todo empezó en un primitivo edificio del S.XVI, donde el ayuntamiento celebraba sus sesiones y donde en la planta baja estaba el «Mesón de la Fruta», que era una especie de aduana de la época, con el «Peso Real«, como protagonistas, por el que pasaban todas las mercaderías para comprobar su peso y conseguir el permiso para su venta.
Una vez vendido ese edificio, para financiar el nuevo ayuntamiento palentino, en 1862 pasó a ser la sede de la Sociedad del Casino de Palencia.
En los años 20 del siglo pasado, Jacobo Romero realiza una completa trasformación que le da la apariencia que tiene hoy en día y en 1998, el pintor palentino Rafael Oliva pinta el mural modernista de la entrada, dándole personalidad propia.
A este Casino, con entrada exclusiva para socios, accedí de la mano, como maestro de ceremonias a su conserje, D° Santiago Torres las y siendo presidente D° Evaristo Urraca, abogado palentino, que le ha dado forma, vida y futuro con su gestión, para sus 850 afortunados socios. Entrar al Casino, es entrar a un palacio del siglo XIX, impresiona el protagonismo de su escalera blanca de mármol, con sus 4 banderas en el rellano, la del casino, la española, la provincial y la regional. Girarse en el rellano y contemplar el salón de té, con sus majestuosos ventanales al fondo, sus cerchas de madera, sus baldosas andadas durante décadas, que le dan ese color añejo, sus lujosas lámparas que dan profundidad al salón y esas lujosas vidrieras de la época, donde el protagonismo lo tiene la Torre de la iglesia de San Miguel, te hacen ser protagonista de la historia.
Ya en el primer piso, los cuartos de juego, con sus mesas especializadas en juegos de Parchís, Domino y Cartas, dan protagonismo a sus socios, el pasillo con todos los cuadros de los antiguos presidentes, hacen historia de 160 años, la biblioteca con cientos de libros de valor incalculable, dan fe de su pasado cultural y el Salón de Baile, con sus grandes espejos, suelo de tarima, espejos de época y cenefas en las escayolas de los techos, te transportan a la Viena Imperial.
Punto y aparte su antigua barbería, guardada a cal y canto en un cuarto, donde aun se conservan su sillón original, así como el espejo, lavabo y utensilios de aquella época dorada, donde a los casinos iban tertulianos que enriquecían y abrían las mentes.
He estado varias veces en este mágico edificio, recuerdo una desayunando, disfrutando del lugar, de sus salones centenarios, de un increíble café, de unos churros con esencia y otras veces con amigos y con la satisfacción de que nuestro Vermut Artesano de NTC & SONS es el más solicitado😘😘 del casino!! Algo tendrán que ver sus genes palentinos y mi amistad con Javier, de Bodegas Esteban-Araujo.